A lo largo del año vamos guardando archivos, carpetas, documentos, etc. De todo ello hacemos copias de seguridad de los datos alojados en el servidor, los archivos también guardados en el disco local del ordenador y muchas veces guardamos una parte también en la nube. Al final tenemos muchos más volumen del que sería necesario y es el momento para aprovechar el verano y hacer limpieza de archivos.

Se trata de luchar contra el síndrome de diógenes digital, que gracias al bajo coste el almacenamiento hace que guardemos muchos más archivos duplicados de los que son necesarios. Esto por no hablar de las versiones de los archivos si no trabajamos con un programa efectivo de control de versiones.

El resultado no es sólo que tengamos que ocupar mucho más espacio con estos archivos digitales, sino que resulta complicado y poco manejable trabajar con ellos. En muchos casos no sabe si la versión buena es la del servidor, la que está guardado en local en nuestro portátil o la que sincronizamos en la nube.

También tardamos mucho más en encontrar un documento, un archivo que necesitamos. En algún momento a lo largo del año tenemos que ir cerrando proyectos, documentación de los mismos, y nos organicemos de forma que podamos afrontar lo que nos queda de año de la forma más productiva posible.

En el servidor suele ser algo más sencillo porque estamos más organizados, pero en el equipo en local, es más complicado y lo mismo en el smartphone o discos duros externos que tengamos. Esta es una cuestión que o llevamos al día o se puede complicar mucho.