En este mes de marzo, Microsoft ha desplegado una actualización destinada a recordarnos la fecha del 8 de abril; si bien es cierto que han alargado el soporte de la herramienta de eliminación de malware para ofrecer cierto colchón de tiempo a los más rezagados (sobre todo, a nivel empresarial donde las migraciones son procesos lentos), este hecho no significa que Microsoft haya movido la fecha fijada para el fin del soporte. Aunque no nos guste y, en cierta medida, tengamos que dedicar tiempo a hacerlo; no nos queda otro remedio que migrar hacia otra plataforma porque, a partir del 8 de abril, comenzará un gran declive en XP y llegará un momento en que no podamos trabajar con esta plataforma.

¿Y por qué no deberíamos seguir usando Windows XP? ¿Qué riesgos o qué desventajas presenta no migrar?

¿Y qué hacemos entonces?

Al inicio lo hemos comentado, si estás usando Windows XP debes plantearte un cambio de sistema operativo. El 8 de abril, evidentemente, no se va a paralizar el mundo; tenemos algo de margen para migrar y no tenemos que hacerlo de manera acelerada (no pasa nada si para el 8 de abril seguimos usando Windows XP pero tampoco debemos "dormirnos en los laureles").

Dependiendo del estado del hardware de nuestro equipo podremos valorar si pasamos a Windows 7 o Windows 8 o si, por ejemplo, queremos hacer algo más disruptivo y pasarnos a Linux. Entre las ventajas de Linux, precisamente, se encuentran unos requisitos de hardware algo menos exigentes y, de hecho, podemos encontrar distribuciones ligeras especialmente diseñadas para equipos con pocos recursos.